Convulsionó de alegría

La primera vez que escribí sobre esta familia, no mencioné que el tío de los tres niños tuvo una convulsión epiléptica por alegría de ver tanta comida y que era para ellos. Por respeto a la familia obvio dejó de grabar nuestro ayudante que les llevaba la comida, cuando Noé tuvo esta convulsión. Pues, Noé estaba tan feliz de por fin poder ver comida buena de nuevo. Podían comer pollo, y no solo las iguanas a cuales cazan.

 

Esta vez que fuimos de nuevo a su casa con un paquete realmente grande, sucedió algo un poco gracioso. Noé agarró los pollos de una vez y estaba igual de estático como la vez pasada. Entonces notó en su cuerpo que pudiera ser "peligroso". Así que de repente dijo: "Vengo pronto. Solo tengo que buscar la pastilla para que no tenga una convulsión como la vez pasada." Entró a la casa, todavía agarrando fuertemente a los pollos, se tomó la pastilla y volvió para celebrar la "Noche Buena" con el resto de la familia.

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