"Mira la fila, mamá! Seguro que tienen leche o arroz."

Yo me he conectado con una familia en Venezuela a la cual pienso comprar comida con frecuencia. Tienen un niño pequeño de menos de 3 años y le encanta el cornflakes. Él le ha pedido a su mamá por meses si no puede comprarle cornflakes, pero no han tenido los recursos. Por eso se alegró mucho cuando la moto de la tienda vino con comida a la familia y trajeron cornflakes. Así que ahora grita de alegría cada vez que la moto viene: ¡Mamá, viene el cornflakes!"

Imagínate que un niño se alegra tanto para recibir comida. Si pensamos en niños que conocemos en Europa, miran a la comida como algo básico. Aquí los niños se alegran por juguetes o experiencias. La comida es solo parte de la vida. Nada especial. Claro que se pueden alegrar a veces de que "guay, hoy hay tacos", pero la comida en sí es algo que siempre hay.

 

Cuando mi amiga salió de Venezuela con su hijo, para reunirse con su esposo, se fueron de una vida donde las tiendas estaban vacías. Algunos supermercados recibieron algo de comida a veces, y entonces las filas afuera eran larguísimas. Cuando su hijo vio las filas largas exclamó a veces: "¡Mira! Allí debe ser que hay algo bueno, ¿quizás leche y arroz?" Le daba pena y tristeza a la madre que la alegría de su hijo consistía en algo que debería ser obvio, suficiente comida para la gente. 

 

Entrar en un supermercado en España fue como llegar "al cielo" para ellos. El hijo de mi amiga siempre quería acompañar a su madre para ver todo lo que se podía comprar. "¡Wow! Mira todos los cereales." Los ojos y la cara brillaban de felicidad al ver tanta comida de una vez. Las veces que él no pudo ir con su mamá al supermercado, le hacía una videollamada para que le mostrara todo en la tienda. La alegría sobre toda la comida era más grande que la alegría que tienen los niños de Noruega y España entrando en la tienda de juguetes. 

 

La madre le habla a su hijo de vez en cuando sobre de dónde vienen, y que es importante recordar a sus amigos en Venezuela. Él ha sido afortunado que ha podido escaparse de esa necesidad. Por eso es importante, si es posible, ayudar a los que se quedan atrás en Venezuela. 

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Comentarios: 2
  • #1

    whitney lugo (jueves, 13 mayo 2021 14:03)

    nunca se imaginaran el grado de felicidad que le causa a mi hijo el solo hecho de saber que viene la moto, a mi se me pone el corazon arrugadito por no poder cubrir esa necesidad siempre no solo en cereales si no otras cosas, pero Dios es maravilloso y usa tu vida de una manera gloriosa! te quiero mucho mi hermana de corazon sincero y sin ningun interes

  • #2

    Linda Sakseide (viernes, 14 mayo 2021 01:03)

    Ay, que bonito, Whitney :-) Os quiero mucho, Benjamin es un sol y tú también :-D