Gritos de alegría

Aunque todas las familias en Maracaibo, Venezuela que reciben un paquete con comida, son muy agradecidas y felices porque por fin pueden comer una semana o dos, hay una gran diferencia en cómo expresan esta alegría.

 

La mujer a la derecha, María Eugenia, es una de las personas que realmente muestra su entusiasmo con todo su cuerpo y en varias maneras. En primer lugar pura alegría. Luego, cuando ha canalizado todo, vienen las lágrimas. Lágrimas de poder comer pollo junto con su hijo y con Dios, dice ella en el video que mandaron. "Yo había olvidado que el pollo existía", sigue diciendo. 

 

Su vecina estaba visitándola y se alegró sobre que su amiga había recibido este buen regalo. En un principio no habíamos traído un paquete para ella, pero por casualidad sobró un paquete. ¿Cuál sería la mejor persona para dárselo? ¡Sí! A la vecina de María que se había alegrado tanto por ella. 

 

 

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